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En redes sociales se volvió tendencia el caso de una recién nacida que llegó al mundo a través de una cesárea que le realizaron a su mamá en un hospital rural ubicado al noreste del estado de Nuevo León. De acuerdo con el historial familiar sus padres cuentan con salud sana y no consanguíneos, además hay un previo embarazo de un niño que tuvo la pareja, y que nació totalmente sano.
Dos meses después que la menor fue dada de alta y le dejaron la cola de casi seis centímetros, fue nuevamente valorada por especialistas y el pediatra, llegando a la conclusión de que durante ese tiempo la cola creció 0.8 centímetros, se tomó la decisión de extirparla y reconstruir la zona afectada a través de plastia de Limberg.
Una vez que los especialistas extirparon la cola y ésta fue separada del cuerpo de la bebé, los expertos sometieron a la cola a nuevas pruebas en las que se reveló que contenía tejido blando, fibroadiposo, estructuras vasculares, haces nerviosos cubiertos por piel y sin ningún tipo de alteraciones histopatológicas.
Journal of Pediatric Surgery Case Reports siguió a fondo el caso y resaltó que en el seguimiento a la menor tras haberle extirpado la cola no presentó ningún tipo de alteración o complicación en su cuerpo y estado de salud.
El caso de México no es único
En el año 2021 en Brasil se registró un caso de una menor que nació en la semana 35, con una malformación similar a la bebé de México, pero con 12 centímetros del largo de la cola y estaba ubicada en el glúteo izquierdo, donde además tenía una bola de grasa de cuatro centímetros de ancho.
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Miguel Pirela / Pasante
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