Javier Sanchez
Las bajas temperaturas cercanas a cero han servido de salvavidas a quienes permanecen bajo toneladas de escombros en Turquía y Siria después del terremoto.
Expertos señalan que favorece la supervivencia el hecho que estar con esa temperatura sin haber sufrido daños muy graves, retarda la deshidratación, incluso en la provincia de Hatay, la más meridional de las afectadas por el sismo.
Hoy 13 de febrero fue rescatado con vida un niño de 13 años después de permanecer 182 horas atrapado entre los escombros de un edificio en la provincia de Hatay, que se derrumbó el lunes pasado.
Los dos grandes terremotos que devastaron el sureste de Turquía, han dejado hasta la fecha más de 31 mil fallecidos en este país y otros tres mil 500 en Siria.
El rescate del pequeño Kaan, mostrado en directo por la emisora Halk TV, es uno de los que se siguen produciendo con cuentagotas entre los miles de edificios que se vinieron abajo, y entre los que algunos expertos estiman puede haber aún hasta 155 mil cuerpos.
Cuatro horas antes se había rescatado con vida a una mujer de 70 años y a una joven de 26, tras aguantar 178 horas, ambos en Antioquía, capital de la provincia de Hatay.
En la provincia de Adiyaman, más al norte, también fue salvada esta mañana una niña de seis años, después de 176 horas entre los cascotes.
La mayoría de los rescates de los últimos dos días, que la prensa turca califica de "milagrosos", se producen en Hatay, una de las zonas con el mayor nivel de destrucción al situarse justo sobre una falla geológica, pese a su distancia del epicentro del sismo.
Es aquí donde se han rescatado más sobrevivientes y según expertos obedece a las bajas temperaturas que se registran, que permite que los heridos no se deshidraten rápidamente.
Con información de Diario Libre
