Con narices rojas y sonrisas amplias, los Payasos Humanitarios transforman el dolor en esperanza, dibujando alegrías en los rostros de quienes más lo necesitan.
En hospitales, barrios vulnerables y refugios olvidados, estos héroes de colores convierten cada lágrima en una carcajada, cada tristeza en un destello de ilusión. No son solo animadores; son guardianes de la esperanza, que con cada gesto demuestran que una sonrisa puede ser el primer paso hacia una vida más luminosa.
Es una organización internacional sin fines de lucro que busca ayudar a distintos sectores de la sociedad a través del humor y el manejo de emociones positivas.
En el Día Internacional del Payaso, la organización también cumple 5 años desde su fundación en 2019. Surgió en Estados Unidos como un programa social que se replicó en distintas ciudades de Latinoamérica.
En Maracaibo, a través de la Fundación ECORISAS que tiene más de 15 años formando a payasos, decidieron asumir y ser parte de este programa internacional.
El apoyo emocional que implica estar presente en diversas situaciones es lo que hace que la organización se involucre directamente con la sociedad, participan en actividades con instituciones como San José de la Montaña, Hospital de Especialidades Pediátricas, Hospital Universitario, Orfanato Carmela Valero, Hospital Adolfo Pons; también han realizado jornadas sociales en distintas comunidades, entre ellas se encuentran San Isidro, Brisas de Santa Inés del Sur, Altos de Jalisco, Cassiano Losada y Sinamaica.
Cuentan con más de 100 voluntarios en la región, quienes también desempeñan oficios como abogados, médicos, músicos, mercadólogos, odontólogos, educadores, entre otros; todos trabajan con un mismo objetivo: aportar un granito de arena para desdramatizar situaciones desfavorables a través de la compañía, apoyo, risas y sentimientos.
Desde hace 5 años decidieron ampliar su alcance incluyendo programas como Cuidando Sonrisas, Santa Clown, Endulzando Sonrisas donde son beneficiados más de 500 niños.
Otro de los proyectos que han desarrollado es el "Proyecto Marbella" que consiste en hacer visitas especiales a casa de pacientes, familiares e incluso a sus voluntarios. Actualmente, no cuentan con apoyo gubernamental, todo es autogestionado por los voluntarios.
Payasos Humanitarios junto al Sistema Nacional de Orquestas crearon una alianza para demostrar que se puede alegrar corazones con instituciones formadoras de talentos; alianza donde la disciplina, la espontaneidad y la improvisación del payaso crearon un proyecto emblemático como TAN TAN Humanidad Instrumental presentado en el Teatro Baralt el pasado 2 y 3 de noviembre.
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El coordinador de comunicación de Payasos Humanitarios, Juan Carlos Marín, declaró a NAD que se siente muy afortunado de pertenecer a una organización donde ser payaso es mucho más complejo que trajearse para crear un personaje, al contrario, es darle color al entorno llevando alegría y esperanza a aquellas personas que se encuentren pasando por una situación difícil. Es darle color al lienzo de la vida, aunque se vea gris.
Marín destacó que para ser voluntario debes pasar por un proceso de selección y formación a través de un taller que dura aproximadamente una semana, donde aprenderán a utilizar herramientas indispensables como las técnicas Clown para realizar satisfactoriamente la labor social. El proceso de selección es realizado anualmente entre los meses de febrero y marzo.
"Ser Payaso Humanitario es un reto, es quitar los estereotipos y saltar estigmas para educar y servir a otros desde la risa y los sentimientos realizando un aporte significativo a la sociedad".