Thunder de Oklahoma City se coronó campeón de la NBA este domingo tras imponerse 103-91 a los Pacers de Indiana en el séptimo y decisivo partido de las Finales, disputado en Paycom Center. La victoria marcó el primer anillo para la franquicia desde su traslado a Oklahoma.
La coronación de Thunder recompensó una extraordinaria temporada en la que el equipo, que dominó la Conferencia Oeste con un imponente récord de 68-14, el mejor de toda la liga. Liderados por un Shai Gilgeous-Alexander en estado de gracia, MVP de la temporada regular y ahora también de las Finales, el equipo de Mark Daigneault desplegó una defensa asfixiante que se inscribe entre las más eficaces en la historia reciente de la NBA.
El joven y talentoso núcleo del Thunder, con Jalen Williams y Chet Holmgren como pilares del ‘big three’, respaldó a Shai con actuaciones clave. Williams aportó 20 puntos, mientras que Holmgren sumó 18 unidades, 8 rebotes y 5 tapones. La defensa colectiva fue determinante: 14 robos, ocho bloqueos y 23 pérdidas provocadas a Indiana, que se tradujeron en 32 puntos.
La consagración también representa el éxito del ambicioso proyecto de reconstrucción liderado por Sam Presti, quien ha cimentado un equipo que no solo brilla en el presente, sino que promete dominar en el futuro.
Del otro lado, los Pacers vivieron una noche amarga. El equipo revelación de los playoffs, célebre por sus remontadas imposibles y su estilo ofensivo vertiginoso, vio truncado su sueño de conquistar su primer título de la NBA. Tyrese Haliburton, su líder indiscutible, sufrió una grave lesión en el tendón de Aquiles en el primer cuarto, dejando a Indiana sin su motor ofensivo y emocional.
A pesar del golpe, los dirigidos por Rick Carlisle resistieron hasta el tercer cuarto, cuando Oklahoma impuso su ritmo con un parcial demoledor de 34-20. Bennedict Mathurin (24 puntos y 13 rebotes), Pascal Siakam y T.J. McConnell (16 puntos cada uno) intentaron mantener con vida a los Pacers, pero la ausencia de Haliburton fue demasiado pesada.
El ambiente en el Paycom Center fue electrizante, con una afición entregada que vivió cada jugada como si fuera la última. Fue la primera vez desde 2016 que unas Finales se definieron en un séptimo partido, y el espectáculo estuvo a la altura de las expectativas.
Con este título, el Thunder se convierte en el séptimo campeón distinto en las últimas siete temporadas, en una era de paridad sin precedentes en la NBA. Y con una plantilla joven, talentosa y hambrienta, Oklahoma City parece estar apenas comenzando su reinado.
