Plaza Reina Guillermina Foto: José López
“Vamos pa’ la plaza un rato”, dicen las personas en algún momento como sinónimo de relajación, esparcimiento y, otros, como lugar propicio para una declaración de amor. En la ciudad de Maracaibo existen muchas plazas en honor a aquellas personas que han sobresalido durante su peregrinar en el mundo, pero existe una que ha sido un punto de referencia entre los habitantes del pueblo zuliano: la plaza Reina Guillermina.
Este lugar se encuentra en la calle 78 Dr. Portillo, y durante muchos años ha sido considerada un símbolo representativo de la ciudad.
Esta plaza fue inaugurada el 31 de agosto de 1953 bajo la presidencia de Marcos Pérez Jiménez. La iniciativa de la construcción estuvo a cargo de Rotary Club Internacional y del gobierno regional junto con las primeras autoridades de la islas de Curazao y Aruba, en compañía del consulado de Países Bajos acreditados en Venezuela.
El motivo por la que esta plaza lleva su nombre es por la conmemoración del cumpleaños la Reina de Holanda quien nació en esa misma fecha. El lugar donde se levantó este monumento pertenecía a la empresa holandesa Draillink Company, que cedió los terrenos.
Guillermina fue reina de Holanda desde 1890 a 1948, y fue ella quien enfrentó dos guerras mundiales y resistió las embestidas hechas por Adolf Hitler, a quien consideró “el archienemigo de la humanidad”.
Puede decirse que la Reina “odiaba” a los políticos a quienes consideraba alejados de la realidad del pueblo. Cuando los Países Bajos fueron liberados en 1945, se sintió decepcionada al comprobar que el poder era nuevamente ocupado por las facciones políticas anteriores a la guerra.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la reina Guillermina tomó la decisión de no volver a su palacio y se trasladó a una mansión en La Haya, donde vivió durante ocho meses y viajó por el país para motivar a sus súbditos y, en ocasiones, utilizó la bicicleta en lugar de auto. Sin embargo, en 1947, mientras el país seguía recuperándose de los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, las revueltas en las colonias holandesas del Sudeste Asiático provocaron duras críticas contra la reina y la élite económica. Su pérdida de popularidad y la presión internacional la llevaron a abandonar las colonias y a abdicar poco después.
Hablan los testigos
Mariela no deseó mencionar su apellido, pero sí habló sobre cómo lucía la plaza tiempo atrás. Foto: José López
Mariela, quien reside desde hace más de 70 años en una casa ubicada en la calle 79 A, antigua sede de la empresa Draillink Company, dijo que antes se podía apreciar la «hermosura y la concurrencia de la plaza»: “allí se encontraban muchas piedras que adornaban sus alrededores. El rostro de la reina fue traída del exterior y la colocaron allí en su honor. Se podían ver árboles, sus bancas, color blanco, y los niños corriendo por todos lados. En la noche, toda la plaza estaba iluminada y podías ver a la gente caminado por aquí y los enamorados venían a pelar pava”.
Añadió que durante el acto de la apertura de la plaza asistieron personas de la clase alta, directivos de la empresa, autoridades regionales y miembros del consulado de Países Bajos. Mariela también comentó que en algún momento oyó decir que la mismísima reina Guillermina estuvo presente en el develo de su busto.
Un símbolo referencial olvidado
Durante muchos años esta plaza ha sido un lugar de esparcimiento entre los marabinos quienes han sabido valorarla, pero también han visto cómo se ha descuidado.
José Montero detalló cómo eran los primeros años de la plaza. Foto: José López
José Montero, de 68 años, quien se crío en la calle 22, diagonal a la plaza, detalló cómo era los primeros años de ese lugar tan visitado para la época. “Soy hombre del campo, pero me mudé al poco tiempo de inaugurada y te puedo decir que muchas personas venían aquí para para caminar, leer periódicos, sentarse y patinar. El lugar se prestaba para toda esas actividades, sus gramas verdes, los árboles crecían muy rápido; esas bancas que están allí las construyó mi papá”.
Recuerdos inolvidables los tenemos todos, pero para Montero, quien trabaja cuidando carros alrededor de la plaza, las «memorias de bellos momentos nunca serán olvidados», pues, confesó: “en esta plaza conocí a la madre de mis hijos”.
Contó con tristeza que la plaza no es ni la “pizca” de lo que era en sus inicios y, según su criterio, el lugar se encuentra «decaído, sin doliente y reina la delincuencia y la falta de gobierno».
“Con el pasar de los años, esto se ha puesto muy feo, no hay dolientes ni un gobierno que ayude a mantener este patrimonio que es de todos. La Alcaldía solo viene cada cuatro años a pintar los bancos, a recoger la basura; mientras tanto las matas secas, los ladrones se roban los bombillos, el sistema de riego y hasta los postes del alumbrado”, reclamó.
La plaza Reina Guillermina es un espacio histórico de Maracaibo que hoy se encuentra en total abandono por parte de sus responsables. Muchas personas que pasan por este espacio observan un mundo lleno de miseria, donde la indigencia se hace presente en el sitio, y muchos jóvenes, e incluso que liceístas, llegan a consumir drogas delante de los transeúntes, lo que ha llegado a cambiar un sitio de esparcimiento y disfrute por un espacio de horror e indiferencia.
A la inauguración asistieron autoridades locales, internacionales y directivos de la empresa holandesa Draillink Company
Las autoridades locales le han dado la espalda al mantenimiento de esta plaza. Foto: José López
Los amigos de lo ajeno se han llevado varios postes de iluminación del lugar. Foto: José López
La reina Guillermina tomó las riendas del poder desde 1890 hasta 1948. Foto: José López
Agua sucia se observa en la fuente de la plaza. Foto: José López
Los arbustos crecen sin cesar. Foto: José López
Soledad y desidia en la plaza Reina Guillermina
La delincuencia deteriora cada vez más la plaza. Foto: José López
Nadie quiere pasar por miedo a los constantes atracos. Foto: José López
No existen dolientes para el mantenimiento de la plaza. Foto: José López
Las amistades se juntan para consumir droga a cualquier hora del día. Foto: José López
Las hiervas crecen en medio de los escombros. Foto: José López
Los malandros se robaron los cables de la plaza. Foto: José López
La plaza se ha convertido en un punto de referencia entre los habitantes del municipio Maracaibo. Foto: José López
1953 fue la fecha de su inauguración. Foto: José López
Los vendedores ambulantes se hacen presentes entre la grama seca. Foto: José López
Los bancos son camas de muchos indigentes. Foto: José López
Los habitantes dicen que cada cuatro año le ponen un «pañito caliente» a la plaza para ganar las elecciones. Foto: José López
Lugar perfecto para los enamorados. Foto: José López
Al pasar por los alrededores del lugar se observa un gran descuido. Foto: José López
Luis Rodríguez/Pasante
Noticia al Día