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La vida de lujos de la tiktoker y líder del Tren del Aragua en Chile

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Mary Emilia Colmenárez es sindicada junto a su pareja como una de las líderes de la célula del Tren de Aragua con centro de operaciones en Concepción, Chile.

Decenas de videos en redes sociales dan cuenta de la vida de lujo que llevaba en tierras penquistas la “mami” de Puerto Cabello. En total, la Fiscalía calcula al menos 14 víctimas de la organización dedicada a la explotación sexual.

Una vida de lujos -de la mano de la explotación sexual a compatriotas suyas- es la que llevaba la mujer señalada como una de las líderes del brazo operativo del Tren de Aragua en Concepción.

Marcas preferidas

Pandora, Blush-Bar, Victoria’s Secret y Guess son sólo algunos ejemplos de las marcas preferidas de Mary Emilia Colmenarez, quien se mudó a Chile a mediados de 2021 desde Puerto Cabello, de acuerdo con publicaciones que ella misma posteó en sus redes sociales.

Una vez que se estableció en la capital regional del Bío Bío junto a su pareja, Luis Felipe Franco Ceballos -el colombiano apuntado como el líder del brazo operativo de la organización-, ambos comenzaron a construir un imperio basado en el narcotráfico y a la trata de mujeres para la prostitución.

Como fachada, el sujeto utilizaba una barbería que funcionaba en el sector Nonguén.

La multa


Según estableció el Ministerio Público, el “Caliche” -como era conocido Luis Felipe- montó una organización que le permitió coordinar la llegada de mujeres de nacionalidad venezolana a la ciudad. Era precisamente él quien trasfería directamente los dineros vía Western Union a las víctimas para que costearan el viaje vía terrestre en dirección a Chile.

Una vez que se concretaba su arribo, el grupo criminal les cobraba una “multa” de entre 3,5 y 4 millones de pesos por supuestos gastos operativos: el traslado, servicios de producción y publicación de fotografías en una página web de prestaciones sexuales y por la estadía y la alimentación.

Mary Colmenárez, por su parte, tenía roles más específicos: desde cosas tan básicas como encargarse de comprar maquillaje y lencería hasta ofrecerse como “gancho sexual” cuando el negocio lo hacía necesario.

El anzuelo


En una de las conversaciones telefónicas interceptadas, se escucha a Luis Felipe Franco explicándole en septiembre de 2022 a otro de los implicados en la organización que los clientes estaban escaseando, lo que lo tenía estresado.

-Estos días como vienen las fiestas patrias todo el mundo anda sin gastar nada… Me tocó hasta crear una publicación falsa, hermano, con las fotos de mi mujer. Hablan, hablan y hablan y cuando llegan a atenderse como ven que no es la chama, dicen “no, no, no” y se van. Ando pero estresado, mano-, se le escucha decir al Caliche.

De acuerdo con los antecedentes contenidos en el expediente, la mujer se sometía a sesiones fotográficas para hacerse pasar como una más de las víctimas. Al igual que ellas, Mary se exhibía en las páginas web donde se ofrecían los servicios, pero sólo cuando los clientes llegaban a la casa se percataban que ella no estaba dentro de las opciones.

Sea como sea, todo se concretaba en un domicilio ubicado en calle Aníbal Pinto, a pasos del centro de Concepción. El lugar contaba con un circuito cerrado de cámaras de televigilancia que permitía controlar los movimientos de las afectadas. Incluso, muchas de ellas tenían restringidas sus salidas. Esto, en la práctica, les impidió escapar de las operaciones de la banda.

Sin ir más lejos, una de ellas se negó a dejar la residencia ilegal pese al ofrecimiento concreto de uno de sus clientes. La conversación entre ambos ahora forma parte de la carpeta de investigación del fiscal Patricio Aravena.

-Yo pensé que no me ibas a hablar nunca más. ¿Cuándo se viene a vivir conmigo?
-Si fuera por mí yo ya me hubiera ido.
-Pero mira, lo que podemos hacer es que tú te vengas y yo te ayudo a pagar esa deuda (multa) ¿O no?
-No, pero es que no puedo (…) No se puede así.

Fanática de las redes sociales


Interceptaciones telefónicas, aparte de una búsqueda en internet, permiten dar rápidamente con los perfiles en redes sociales de Mary Colmenárez. Facebook, Instagram y TikTok eran sus plataformas favoritas, en las que prácticamente se erigió como una influencer con miles de likes y seguidores.

Allí, la joven no sólo mostraba parte de su rutina diaria sino que también se dejaba ver portando armas de fuego. No cualquiera. Según se determinó en la investigación se trata de una pistola Glock, la que sería propiedad de su pareja. Esto último se sabe porque dentro de los peritajes a los teléfonos de los imputados, la PDI encontró una conversación de WhatsApp en la que se identificó el mismo armamento.

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